Una cuestión clave y para mi capital para la vida cotidiana, fruto de la meditación, es haberme «dado cuenta» y además haberlo integrado, que todo lo que somos, hacemos o transmitimos, en el día a día, primero debe tener lugar dentro de nosotros, es decir: las condiciones se dan en nuestro interior, «Ser interno», o como lo quieras llamar, para que luego se materializen externamente, de lo contrario cualquier hecho, acción, situación, aunque sea favorable para nosotros, habrá sido fortuita o casual y falto de consistencia por lo que no tardará en esfumarse o simplemente no producirá ninguna satisfacción plena en nosotros y ningún poder transformador personal.
Por ejemplo, si yo realmente anhelo ser una persona libre, sin ataduras emocionales, complejos, independiente en todos los aspectos, primero deberé conquistar esa sensación dentro de mí, con plenitud y convencimiento interior.
Aunque sentimientos y emociones son difíciles de verbalizar, trataría de sentir y percibir internamente que estoy más allá de la forma limitada de mi cuerpo físico, que interiormente tengo un universo ilimitado infinito con mucho espacio para moverme y explorar, incluso desconocido y expectante por ser descubierto. Por lo cual me doy cuenta de que la verdadera Libertad está dentro de mí y que esta nueva realidad encontrada y realizada dentro de mí, dotará a mis actos, acciones y pensamientos con una cualidad de libertad que elevará el nivel, de por ejemplo, mis relaciones personales y profesionales, así como de otras facetas de mi vida.
Descubro por lo tanto, algo vital y es que la libertad no tiene que ver con circunstancias externas: si tengo o no tengo dinero, si viajo más o menos, si tengo un trabajo que me guste más o menos, si tengo personas dependientes a mi cargo que limiten mi movilidad física. Me doy cuenta de que todo lo externo es ilusorio e irreal y que lo realmente verdadero está dentro de mí; por lo tanto soy yo el que «elige» ser libre o no.
Esta dinámica es aplicable a todos los aspectos de nuestra vida y una ley Universal, que una vez descubierta puede traernos grandes beneficios personales y materiales. No puedo amar, si interiormente no siento Amor (que no es necesidad ni conveniencia ya que a veces esto se disfraza de Amor). Incluso no podré ganar dinero, sino siento primero sensación de abundancia por dentro. Si tengo dinero, sin este requisito, será producto de la casualidad y siempre estaré expuesto a perderlo en cuanto cambien las circunstancias externas (crisis, ciclos económicos etc,).
Para concluir: para aplicar esta realidad a nuestras vidas es indispensable una cualidad de deseo sincero de transformar nuestra vida y realizarnos como Seres Humanos evolucionados, no como una nueva expectativa para «conseguir» algo: Salud, dinero, Amor etc. Así no funcionará; lo he descubierto con la meditación.