Muchas de las lesiones musculares, dolores, o rigidez articular, tienen su origen en los movimientos cotidianos y por consiguiente en patrones posturales erróneos.
Este hecho, en gran medida tiene que ver con la falta de atención orientada hacia nuestro cuerpo, ya que generalmente el foco de atención inconsciente, lo ponemos en nuestra cabeza (mente) con toda esa corriente incesante de actividad mental incoherente (no pensamientos) anhelos, ansiedades, deseos etc., por lo que además, no nos podemos relajar, ya que para que la relajación se produzca, primero hay que sentir el cuerpo como requisito imprescindible.
Debido a lo anteriormente expuesto, la mayoría de las personas cuando van andando por la calle o simplemente cuando están sentados en casa o en el trabajo, no son conscientes de si están bien alineados corporalmente, es decir, si la cabeza está adelantada respecto de la caja torácica. Si ésta se muestra encima de la pelvis; ni inclinada hacia atrás, ni inclinada hacia delante. La posición de la cintura escapular. Así como, si la pelvis está neutral, en anteversión, o retroversión. Y en general, la falta de percepción del lugar que ocupamos en el espacio. Si a esto, además, añadimos la incapacidad para respirar adecuadamente, tanto en intensidad, como en el lugar adecuado (abdomen) sin duda nuestro bienestar físico y mental se verá alterado.
La práctica del método Pilates conduce al cliente a tomar conciencia de todos estos principios básicos para integrarlos de manera natural y automatizada en la vida diaria, es decir, con consciencia-inconsciente, sin tener que pensar en ello de manera aislada, sino como un mecanismo perfectamente engranado que contribuye en gran medida a evitar patologías típicas de la ausencia de actividad deportiva adecuada, así como proporcionar equilibrio físico y mental